Entrevista a los integrantes de La Yunta, La Rioja. Publicada en diciembre de 2017 en Revista Invox, con el diario El Independiente, de La Rioja.
Dos jóvenes
artistas del mundo de la danza unen su talento en la investigación y ejecución
de una nueva propuesta: Tango bailado entre varones. Acompañados por un
referente de esta danza en la provincia llevan adelante un espectáculo a puro
esfuerzo y con objetivos bien claros que ya está marcando tendencia en La
Rioja.
Texto y
fotos: Daniel Vega
Los caminos
de la vida son sinuosos e inesperados. La mayoría de las veces, después de
extensos recorridos podemos mirar hacia atrás y ver cómo elecciones que parecen circunstanciales nos dejan donde
estamos parados hoy. También esto les ocurre a los tres personajes de este
encuentro. Tienen larga trayectoria en la actividad artística y cada uno por un
camino diferente llegó hasta lo que hoy es La Yunta, un ensamble de danza y
pasión de la cabeza a los pies.
Manuel
Nieto, nacido y criado en Anjullón, soñaba con bailar y si bien alguna vez lo
había intentado en paralelo cuando apenas empezaba la primaria, llegó un
momento en que la presión familiar para ocuparse las tareas del campo lo obligó
a alejarse de las tablas. Pero dicen que la vocación es algo a lo que uno,
tarde o temprano, no puede negarse. Una mañana de otoño echó sus ropas en un
bolsito y pasó por delante de la mesa donde sus padres tomaban el mate. “Me voy
a danza”, dijo y esperó diez segundos mientras ataba los cordones de las
zapatillas. “¿Qué?”, escuchó y se le apretó un poquito el corazón. “Me voy a
danza”, repitió y salió sin esperar respuesta. Había pasado siete años sin
bailar. Caminó los tres kilómetros que separan Anjullón de Los Molinos y cuando
llegó al Centro de Animación Socio Cultural dirigido por Virginia Hansen, la
más grande entre los grandes, sintió que ya no iba a volver atrás. Y no lo
hizo. “Fueron años difíciles porque yo tenía 17 años y había perdido mucho
tiempo. Los cinco años de estudios que se hacen en el CASC en paralelo con la
secundaria yo no los había hecho. Para poder estar en grupos de mi edad tuve
que recuperar en pocos meses los años de clases que mis compañeros habían
cursado, si no iba a tener que bailar con niños. Así que le puse mucho trabajo
y esfuerzo para equipararme”, cuenta hoy, a los 28, en pleno ensayo del
espectáculo de tango que lo tiene como protagonista junto a Germán Brizuela.
IN: ¿Cuál
es perfil de los egresados del Centro de Animación Socio Cultural?
MN: Es como
dice Virginia Hansen, que cada uno de los egresados del centro somos como un
poliedro. Estamos capacitados para ejercer
y enseñar todas las caras de la actividad sobre el escenario: tango, folklore,
clásico, contemporáneo, es decir la danza en todas sus variantes.
El socio
Germán
Brizuela empezó en la danza a los 8 años en la academia La Etelvina, de Anillaco,
dirigido por Gerardo Vega. Estuvo allí hasta el 2011 en que pasó a integrar el
grupo Ballet Bien Riojano. En ese lapso se especializó en todos los ritmos de
la danza: folklore, tango, malambo, show de boleadoras, contemporáneo. Desde
2012 hasta 2016 participó de giras internacionales con ese grupo hasta que hoy
a los 21 años se encuentra integrando el CASC en la filial central de Los
Molinos.
En el mes
de mayo de este año Germán recibió la propuesta de Manu para bailar juntos un
tango. Y casi sin imaginarlo comenzaron un camino nuevo. Empezaron tímidamente
a ensayar y se presentaron por primera vez en el cierre de la Feria del Libro
de La Rioja. Tuvieron enorme aceptación por parte del público y el éxito de la
propuesta los incentivó a seguir trabajando para solucionar algunas
dificultades propias del hecho de encarar una danza desde un lugar distinto al
que lo habían venido haciendo. “Hay que tener en cuenta nuevos aspectos como
son la diferencia de talla, el contacto cuerpo a cuerpo, el peso de cada uno.
En general las coreografías están pensadas para pareja hombre-mujer y basadas
en las características de cada uno. Entonces es todo un desafío adaptarse a
esta nueva forma sin perder profesionalismo”, define Germán.
IN: ¿Cómo
es el vínculo arriba del escenario?
GB: En este
caso concreto del tango hay una energía diferente que se potencia a partir de
las personalidades de cada uno y a la vez hay un desafío en tratar de
equilibrar esa energía que generan dos varones —que es diferente a la que se
genera entre un hombre y una mujer— de forma que salga beneficiado el espectáculo
tratando de preservar las características propias del tango.
MN: El
origen de la coreografía sobre la que empezamos es una pelea. Le encontramos
ese punto de partida y desde allí seguimos en una búsqueda que nos hiciera
sentir cada vez más cómodos. Porque la propuesta no es que uno haga la coreografía
de la mujer y el otro la del hombre pues eso sería un trabajo inútil desde el
punto de vista de lo expresivo. Aquí proponemos un juego de roles basados en
las posibilidades propias de dos varones sin que importe si lo que más se
conoce de tal o cual secuencia es que la ejecute un hombre o una mujer. Es una
manera distinta de contar.
El maestro
Nicolás Bustos
es muy conocido en nuestra provincia como uno de los grandes artistas de la
pintura. Cada año expone su obra en distintos espacios del ámbito público y
privado y en 2017 participó como jurado en el Salón Regional de Pintura.
Paralelamente dicta clases de tango en la capital y en el departamento Castro
Barros. Cuenta que se inició en el tango por una cuestión de polleras —casi
como los primeros bailarines de tango—, pues su compañera de aquella época era
una eximia bailarina de esta danza a quien él acompañaba muy seguido a la
milonga. “A mi nunca se me había cruzado por la cabeza bailar, así que me
pasaba la noche sentado frente a una copa de vino mientras todos bailaban con
mi mujer. Así que un día me dije que esa situación era inadmisible, me decidí a
bailar y ahí empecé. Paralelamente a mi actividad con la pintura me fui
formando con grandes maestros como Carlos Rivarola, Jorge Firpo, Aurora Lubiz,
Raúl Bravo, Fabián Salas, Gabriel Angio, Natalia Games, Damián Esell, Nancy
Louzán, por decirte algunos”, relata en un alto del ensayo de hoy que La Yunta
está llevando a cabo en el Cineteatro Los Molinos.
IN: ¿Cuál
es el aporte que hace Nicolás a este dúo que ya venían trabajando ustedes?
MN: Nicolás
le aporta la esencia misma del tango. Contar con un maestro con la experiencia
que él trae es para nosotros una gran alegría. Nos vino a ubicar a cada uno en
su lugar. Si bien nosotros habíamos trabajado esto desde nuestros propia
experiencia el asunto se ve ampliamente beneficiado con la mirada de un experto
que además nos contiene y nos hace volver cuando nos vamos por las ramas. Nosotros habíamos presentado el tango el 9 de
julio y si bien gustó mucho sentíamos que algo nos faltaba. Lo primero que
Nicolás nos corrigió fue el abrazo. Era como que nos abrazábamos de lejos y con
su ayuda fuimos relajando y entregándonos a esta danza en su esencia.
GB: Gracias
a la intervención de Nicolás nos soltamos y fuimos dejando que apareciera la
expresión por sobre la coreografía. Tal vez al principio también teníamos un
poco de miedo a la reacción del público entonces era como si los roces
corporales fueran sólo por la pelea planteada inicialmente. Ahora ya podemos
decir que estamos en un punto en el que prima la libertad. Eso también es lo
que nos aportó Nicolás: libertad.
IN:
¿Nicolás cuáles son las cuestiones que involucran este desafío?
NB: El
tango no es solamente el abrazo y seguir el tiempo musical sino que hay toda
una gestualidad que hay que desarrollar y luego incorporar los elementos de
otras danzas. El punto central del tango es el equilibrio compartido. Ese
equilibrio parte del equilibrio individual que luego se conjuga con el
equilibrio del otro y a partir de allí se construye. Después es una gran ventaja contar con dos
chicos jóvenes y bien preparados porque de esa manera las propuestas
coreográficas salen enseguida porque ellos están en una buena actitud
artística.
IN: ¿Cómo
se lleva adelante la transposición a un tango bailado por dos varones?
NB:El tango
tiene un formato fijo. Es básicamente un baile de seducción entre hombre y
mujer. El tema aquí es cómo vamos buscando con ellos la manera de transformarlo
en una danza. En este caso ya no está sometido al formato original. Lo
interesante es la búsqueda y el trabajo que vamos haciendo para partir de ese
lugar originario y llevarlo a este punto que consiste en elegir bailar con alguien por determinada
empatía sin importar el género del otro. Y construir desde allí un vínculo
nuevo al que le incorporamos elementos de otras danzas que ellos manejan como
el clásico o el contemporáneo.
IN: ¿Por
qué “La Yunta”?
NB:
Pensamos en varios nombres antes pero ninguno nos convencía hasta surgió este y
nos pareció el indicado. Por un lado, yunta es un vocablo del lunfardo que
tiene mucho que ver con el tango y los ámbitos donde se originó y el
espectáculo que estamos haciendo tiene muchas referencias a eso. Desde otro
punto de vista una yunta es cuando se juntan dos o más individuos en pos de un
objetivo en común equilibrando las fuerzas de cada uno para sacar algo
adelante. El nombre nos calza perfecto.
Presente y futuro
La Yunta,
dúo de danza de tango, luego de la incorporación de Nicolás Bustos en la
dirección replanteó su propuesta y se está presentando durante noviembre y
diciembre en diferentes lugares de la capital y del interior de la provincia. De
cada presentación surge el ofrecimiento de una fecha nueva y así se va armando
un buen recorrido. La expectativa de los integrantes es concretar una gira
nacional durante 2018 para lo que están considerando ofrecimientos y formas de
financiamiento. Luego de la Feria del Libro, este año participaron del pre
Septiembre joven logrando una enorme aceptación del público, lo que los impulsó
a seguir en el camino de búsqueda de una identidad como grupo. Una identidad
basada en la libertad, fuera de los márgenes encorsetados que a veces proponen
las tradiciones, no sólo en la danza, sino en todos los aspectos de la vida.